Espiritualidad Benedictina
La Misa es el momento culminante de la vida diaria del monje. Todo brota de ella y tiende hacia ella. Cuando en ella se proclama la Palabra de Dios, se vive en su máxima expresión la LECTIO DIVINA, cuando en ella se comulga de un mismo pan, se vive en su máxima expresión la comunión en la VIDA EN COMUNIDAD, cuando en ella se cantan y se recitan las oraciones, en ello se concentra toda la vida de oración del monje, su ORACIÓN PRIVADA y la ORACIÓN LITÚRGICA oficial de la Iglesia.
El TRABAJO también forma parte de la vida diaria del monje: “Entonces serán verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos como nuestros Padres y los Apóstoles”. (RB, 48, 8). En el curso de la historia los monjes se han dedicado a toda clase de trabajos: agricultura, artesanía, oficios, copia de manuscritos, toda clase de talleres, encuadernación, etc., sin excluir el trabajo intelectual, la investigación y el estudio.