TIEMPO PASCUAL
SÁBADO
O
DOMINGO PRIMERAS VÍSPERAS
VERSÍCULO INTRODUCTORIO

O bien:

HIMNO

2.- Cuius corpus sanctíssimum,
in ara crucis tórridum,
sed et cruórem róseum,
gustándo, Deo vívimus.
3.- Protécti paschæ véspero,
a devastánte ángelo,
de Pharaónis áspero,
sumus erépti império.
4.- Iam Pascha nostrum Christus est,
Agnus occísus ínnocens;
sinceritátis ázyma,
qui carnem suam óbtulit.
5.- O vera, digna hóstia,
per quam frangúntur tártara,
captíva plebs redímitur,
reddúntur vitæ prǽmia!
6.- Consúrgit Christus túmulo,
víctor redit de bárathro,
tyránnum trudens vínculo,
et paradísum réserans.
7.- Esto perénne méntibus,
paschále, Iesu, gáudium
et nos renátos grátiæ
tuis triúmphis ággrega.
8.- Iesu, tibi sit glória,
qui morte victa prænites,
cum Patre et almo Spíritu,
in sémpiterna sǽcula. Amen.
TRADUCCIÓN
1.- Revestidos para la cena del Cordero, con las estolas blancas de la salvación, tras el paso del Mar Rojo, cantemos a Cristo, nuestro Príncipe. 2.- Él ha querido que, gustando de su Sangre y de su Cuerpo sacratísimo, inmolado en el ara de la Cruz, pudiésemos vivir la misma vida de Dios. 3.- Protegidos frente al Ángel devastador, durante la noche de la Pascua, hemos sido liberados del áspero yugo del Faraón. 4.- Ahora ya es Cristo nuestra Pascua, el manso Cordero sacrificado; el Ázimo puro de sinceridad, que ha ofrecido su misma Carne. 5.- ¡Oh verdadera Hostia dignísima!, que humillando al Infierno y después de redimir a tu pueblo cautivo le has devuelto el premio de la Vida. 6.- Surge Cristo del sepulcro y, al regresar victorioso del Abismo, habiendo encadenado al Tirano, nos abre las puertas del Paraíso. 7.- Sed, Tú, Jesús, para nuestras almas, el gozo perenne de la Pascua y dígnate hacernos partícipes de tu triunfo, a quienes hemos renacido a la gracia. 8.- A Ti, Señor, toda la gloria, que vencida la muerte, reluces deslumbrante con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
O bien:

2.- Recibiendo su Cuerpo sacrosanto,
en la cruz por nosotros inmolado,
y bebiendo su Sangre derramada,
solo a Dios nuestra vida consagramos.
3.- El Señor Jesucristo, nuestra Pascua,
cual Cordero sin mancha fue inmolado,
y su carne, ofrecida en sacrificio,
es la ofrenda del ázimo sagrado.
4.- Te rogamos, Autor del universo,
en el tiempo pascual de la alegría,
que defiendas de golpes de la muerte
a tu pueblo que espera tu venida.
5.- A ti damos la gloria, Jesucristo,
que de entre los muertos resurgiste,
a tu Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos y siglos infinitos.
SALMODIA
ANT.: de los cuatro primeros salmos

Salmo 65
1 Aclamad al Señor, tierra entera, /
2 tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria;
3 decid a Dios: “Qué temibles son tus obras,
por tu inmenso poder tus enemigos te adulan”.
4 Que se postre ante ti la tierra entera, /
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
5 Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres:
6 transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
7 que con su poder gobierna eternamente;
sus ojos vigilan a las naciones,
para que no se subleven los rebeldes.
8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas:
9 porque él nos ha devuelto la vida,
y no dejó que tropezaran nuestros pies.
10 Oh Dios, nos pusiste a prueba,
nos refinaste como refinan la plata,
11 nos empujaste a la trampa,
nos echaste a cuestas un fardo:
12 sobre nuestro cuello cabalgaban, /
pasamos por fuego y por agua,
pero nos has dado respiro.
13 Entraré en tu casa con víctimas
para cumplirte mis votos:
14 los que pronunciaron mis labios
y prometió mi boca en el peligro.
15 Te ofreceré víctimas cebadas, /
te quemaré carneros,
inmolaré bueyes y cabras.
16 Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
17 a él gritó mi boca,
y lo ensalzó mi lengua.
18 Si hubiera tenido yo mala intención,
el Señor no me habría escuchado;
19 pero Dios me escuchó,
y atendió a mi voz suplicante.
20 Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su favor.
Salmo 19
2 Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
3 que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;
4 que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
5 que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.
6 Que podamos celebrar tu victoria,
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes.
–Que el Señor te conceda
todo lo que le pides–
7 Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.
8 Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor Dios nuestro.
9 Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
10 Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.
Salmo 20
2 ¡Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
y cuánto goza con tu victoria!
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
4 Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
5 Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.
6 Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
7 Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia:
8 porque el rey confía en el Señor
y con la gracia del Altísimo no fracasará.
9 Que tu izquierda alcance a tus enemigos,
y tu derecha caiga sobre tus adversarios:
10 préndeles fuego como a un horno
el día en que te muestres;
que el Señor los consuma con su cólera
y el fuego los devore.
11 Destruye tú su estirpe en la tierra
y su descendencia entre los hombres.
12 Aunque preparen tu ruina y tramen intrigas,
nada conseguirán;
13 porque los pondrás en fuga
asestando el arco contra ellos.
14 Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Salmo 137
1 Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti.
2 Me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama.
3 Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
4 Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
5 canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
6 El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
7 Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
8 El Señor completará sus favores conmigo: /
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
ANT.:

ANT. 5:

Cántico NT 11
Flp 2,6-11
6 Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
7 al contrario, se despojó de su rango /
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, /
8 se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
9 Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el “Nombre-sobre-todo-nombre”;
10 de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, y en el abismo,
11 y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.
ANT.:

LECTURA BREVE 1 Ts 5,23-24
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
RESPONSORIO BREVE

O bien:

ANT. MAGNIFICAT

Cántico NT 1: Magnificat
Lc 1,46-55
46 Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
47 se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
48 porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
49 porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo, /
50 y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
51 Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
52 derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
53 a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
54 Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
55 –como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Se repite la antífona
SÚPLICA DE LA LETANÍA Y PADRE NUESTRO
ORACIÓN Se toma del día correspondiente
VERSÍCULO FINAL

O bien:
